El año pasado la tasa nacional de embarazos de adolescentes alcanzó el 19,7%, dejando así atrás a la tasa de 17,8% computada en 2022. Sin dudas, es un asunto a resolver y no pocos lo califican entre los más importantes, sino el más, problemas de fecundidad en la Isla.

Y más se complejiza al apuntar que el 18,9% de los nacimientos ocurridos el pasado años correspondieron a cubanas de entre 12 y 19 años de edad.

Convencidos de la gravedad de la situación, los diputados de las comisiones de Salud y Deporte; de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; y la de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer intercambiaron hace solo unos días con el Presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo para dar seguimiento al cumplimiento de acuerdos adoptados por el legislativo entre los que se incluye el referido a este tema.

Foto: Tony Hernández Mena / Parlamento cubano

No es un fenómeno particular de esta geografía. La Organización Mundial de la Salud lo califica como de escala global y apunta sobre sus “causas claramente conocidas y graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas”. 

Aunque a nivel mundial la tasa de natalidad en adolescentes ha disminuido, esas estadísticas son desiguales entre regiones, países y aun al interior de una misma nación. El embarazo en la adolescencia tiende a ser más frecuente entre muchachas con menos educación y de bajos ingresos, señala esa entidad de salud.

Foto: tomada de who.int

Sin embargo, en Cuba el asunto reviste características particulares, no por gusto en la reunión parlamentaria Lazo lo calificaba de fenómeno intersectorial e institucional “que debemos atender con la prioridad que requiere y que demanda comprender en su carácter integral, donde participan todas las instituciones educativas y sanitarias del país, unido a las organizaciones de masas”, subrayó.

Urge en ese sentido modificar los escenarios en hogares, escuelas, barrio y consejos populares urge, apelando a la investigación, la capacitación, la educación y otras acciones.

Organizar en particular, con el apoyo del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), y de otros especialistas del sector de la salud,  asesorías a las instituciones de educativas, a autoridades de los gobiernos, a profesionales sanitarios y otros actores de la comunidad, en los temas referidos a la salud sexual y reproductiva, es uno de los caminos y así lo confirmaba la diputada Mariela Castro Espín, directora de esa institución.

La secretaria general de la Federación de Mujeres Cubana y miembro del Consejo de Estado, Teresa Amarelle Boué, lo decía sin ambages: “Si no nos articulamos, no vamos a lograr avanzar integralmente en este complejo y difícil camino, donde la educación familiar y la preparación de los padres es primordial en el logro de las metas que nos hemos propuesto…”

Foto: tomada de cubahora.cu

Los motivos para el accionar abundan, y uno de ellos lo destacaba el doctor Reinol Delfín García Moreiro, viceministro de Salud Pública al señalar que el embarazo en la adolescencia sigue siendo de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil en el mundo y aquí un asunto de constante seguimiento por el sistema sanitario en todos los niveles de atención sanitaria. 

Muchos tantos a favor 

No son pocas las fortalezas con que cuenta esta Antilla Mayor para andar ese camino de manera exitosa. 

Se han implementado normativas jurídicas trascendentales como la nueva Ley de la Salud Pública; existen la Política Integral de la Niñez, Adolescencias y Juventudes, el Programa de Adelanto de la Mujer y el Programa de Atención Materno Infantil.

Además, en esta Isla el embarazo es un derecho considerado dentro de la salud sexual y reproductiva y, al serlo, queda asegurado por políticas y programas que involucran a diversas entidades.

Foto: tomada del facebook Red de Jóvenes por la Vida

Se añade a lo anterior el contar con profesionales y especialistas altamente calificados que pueden, desde las ciencias, ayudar a conducir los empeños intersectoriales a favor de una sexualidad segura y responsable entre los adolescentes, para que en el futuro y no hoy sean madres y padres felices y comprometidos con el bienestar de sus hijos, que serán, en definitiva, el porvenir de esta nación.