El consultor laboral comentó que los sectores más afectados serán el turismo, comercio, agro y logística que, por lo general, llevan a cabo labores presenciales
Panamá es una economía en la que el 70% de los empleos es presencial. Esto quiere decir que cualquier restricción de movilidad puede generar desempleo de manera automática, explicó el consultor laboral René Quevedo.
Muestra de este escenario, según Quevedo, es lo que se vive con las protestas y cierre de calles en rechazo al contrato minero, que al extenderse por un mes han generado que las empresas inicien la solicitud de suspensión de contrato, la pérdida del 10% de la micro, pequeña y mediana empresa, y el cese de 15.000 empleos temporales en los centros comerciales.
“Estimo que con las protestas se van a perder 50.000 empleos”, advirtió el consultor laboral durante su participación al programa “Portada”, de este miércoles.
Quevedo indicó que esta crisis laboral estaría perjudicando a los más vulnerables, es decir, a los trabajadores con 11 o menos años de escolaridad y con salarios menores a $750 que, por lo general, llevan a cabo labores presenciales en sectores como comercio, turismo y agro, por mencionar algunos.
Recordó que estas pérdidas se están dando cuando uno de cada tres trabajadores es agricultor o trabaja en el comercio, dos sectores impactados por los cierres. Asimismo, dos de cada tres trabajadores en el comercio son informales o laboran en una empresa con menos de 10 trabajadores.
Mientras que en el turismo el 62% de los empleos es informal y el sector logístico solo ha atraído el 7% de la inversión extranjera versus el 24% que sí ha logrado la minería y el 30% de la Zona Libre de Colón.
Según el consultor laboral, pareciera que las protestas en rechazo al contrato minero se han enfocado más en buscar culpables que soluciones a un problema mayor. “Me preocupa el daño que le estamos haciendo al tejido productivo, porque quien sufre es el humilde, llámense microempresas y los informales, que no son oligarcas, sino personas que están tratando de llevar el sustento a sus familias”, dijo Quevedo.
“También me preocupa la pérdida de confianza porque nos estamos convirtiendo en un país hostil hacia la inversión privada y extranjera. Sin pensar que sin esto seguiremos generando informales y condenando a la Caja de Seguro Social”, añadió.
El consultor laboral señaló que adicional a los riesgos de pérdida empleo, también hay una “crisis severa de gobernabilidad” de un Estado que no da “señales de acción”, una postura que ha dado espacio a grupos radicalizados.